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El duelo es el proceso psicológico que se produce tras una pérdida, una ausencia, una muerte o un abandono. Es diferente para cada persona.

Se pueden sufrir diferentes síntomas emocionales y físicos como: ansiedad, miedo, culpa, confusión, negación, depresión, tristeza, shock emocional, entre otros.

El dolor por la pérdida se puede experimentar no solo por la muerte, sino cada vez que en la vida tenemos una experiencia de interrupción definitiva de algo, de pérdida, de distancia que no podrá ser cubierta.  

El duelo requiere de atención igual que una herida física. Es necesario un tiempo que depende de cada persona para su cicatrización.

Sin excepción tod@s hemos experimentado  la muerte de alguien cercano, nos han roto el corazón, hemos perdido un trabajo, se ha terminado una amistad de años, se nos ha muerto una mascota muy querida, hemos perdido todo en un desastre natural o por guerras, en fin, absolutamente nadie pasa por esta vida sin una pérdida.

La naturaleza nos muestra en su sabia actuación, que vive y muere en un ciclo perfecto donde nada se pierde, sólo se transforma.

Tómate el tiempo de pasear por un bosque para observar que, así como hay montones de árboles y vida, también hay hojas y ramas muertas por todas partes, que van siendo absorbidas por la naturaleza de nuevo y esto se repite  una y otra vez en una danza infinita, en un ciclo perfecto de nacimiento y muerte constante.

Nos provoca mucho dolor cuando nos llega de cerca esa pérdida  de alguien o situación cercana porque, no queremos desapegarnos de esa persona o condición que nos brindó tanto y podemos quedarnos atascados en la “negación” de lo que está sucediendo.

El ser humano es por naturaleza renuente a los cambios. Por cuestiones culturales se apega con todas sus fuerzas a las cosas y personas que ama y conoce o a las que de alguna manera “siente” que algo le deben o que algo quedó sin aclarar, cayendo en un bucle infinito de pensamientos que nos “ahuecan” la existencia.

Ante la pérdida se vive un duelo que tiene diferentes etapas, el desgaste mental y espiritual existe cuando éste se ha bloqueado y no se sale de la etapa de la negación, en donde se es incapaz de reconocer que se está viviendo un duelo.

Un duelo suele durar entre ocho meses a un año. Depende del grado de madures emocional de cada persona y el trabajo terapéutico que realice.

 ¿CÓMO RECONOCER SI ESTAMOS ATASCADOS EN UN DUELO?

* Excesiva hiperactividad,con la acción desmedida las personas se aturden y no hacen contacto con lo que el dolor que les quema interiormente.

* Necesidad de encontrar un culpable,el llenarse de resentimiento contra otra persona, como responsable de la pérdida hace que la emoción sea canalizada con ira para ocultar el dolor que está a un nivel más profundo.

* Idealizar a la persona o cosa que se ha perdido,el pensar que nunca se conseguirá nada mejor. Se llega a santificar a la persona perdida como alguien con habilidades especiales y que de vez en cuando viene a visitar con un halo angelical.

* El apego, a través de una especie de museo, mantener intacto todos los objetos que recuerden a la persona fallecida o a la situación determinada y ser incapaz de deshacerse de dichos objetos.

* Adicción a medicamentos o drogas que insensibilicen el dolor o que le hagan estar inconsciente para evitar el dolor.

* El aislamiento o la soledad,como manifestación de depresión evitando de esta manera contacto con la vida, el amor y la salud. En el fondo lo que hay es un fuerte deseo de morir.

* Identificación o sustitución,proyectar sobre otra persona, objeto o situación el amor que se siente por lo perdido. Lo cual hace que se cree una codependencia y además de impedir ver la realidad tal como es.

* La victimización,viéndose a sí mismo como el único que sufre, al único que le pasa todo lo malo y manipulando el entorno para que le sostenga y apoye.

* La enfermedad,como somatización de la herida emocional que también se usa como mensaje de lealtad para seguir a la persona o situación desaparecida.

* Conductas compulsivas, como comer demasiado o temer a la vida o a la muerte. Desarrollando fobias y miedos enfermizos, que tienden a repetirse en otros miembros del sistema.

Se comprende que experimentemos dolor y que nos resistamos a aceptarlo, todo ello sirve como mecanismo de defensa, pero cuando no aceptamos la pérdida durante más tiempo del que debería, no sólo nos hacemos un daño terrible a nosotr@s mism@s, sino a todo un SISTEMA FAMILIAR que se ve afectado energéticamente al ver que uno de sus miembros se queda sumido en el dolor, esto genera repeticiones transgeneracionales, ósea en repetir en forma inconsciente estos patrones aprendidos en las siguientes generaciones.

Ejemplo: Si una madre nunca superó la muerte de su madre o padre, o no logró manejar la pérdida de algo importante en su vida y su comportamiento fue depresivo o de ira por mucho tiempo, es bastante probable que los hijos por “lealdad familiar inconsciente”, repitan esos comportamientos y “vean” normal reaccionar y actuar en “negación” por acontecimientos de pérdida en su vida.

Para evitar que esto ocurra se hace necesario facilitar con respeto la toma de conciencia y seguir avanzando en las distintas etapas del duelo y para ello es importante saber que implica cada una de ellas.

¿EN QUÉ ETAPA DEL DUELO TE ENCUENTRAS?

Shock, estado de extrema vulnerabilidad al estar muy reciente el acontecimiento de la pérdida. No se ha procesado el dolor aún, es como una especie de “Limbo” en donde estamos por inercia.

Negación,se evade de diferentes manera la pérdida con algunos de los mecanismos que se expusieron antes en el texto.

Expresión de Emociones, es el momento de contacto con el sufrimiento (ansiedad, miedo, angustia, sensación de vacío y de abandono, impotencia, ira, tristeza).

Con Asuntos sin concluir,se despiertan sentimientos de culpa ante la pérdida, con sensación de que de haberlo hecho diferente no hubiese fallecido. En este caso ayudan muchos las ceremonias o actos simbólicos.

Búsqueda de sentido de la pérdida,es una fase profundamente espiritual en donde la persona mira con perspectiva la situación y logra ver lo positivo presente y el aprendizaje de la experiencia.

La Reconciliación,que sale de un corazón y alma que se encuentra paz. Esta se produce con la vida, con las personas que antes se veían culpable. Es saberte parte de un todo más grande.

Tomar de lo perdido,que tomas sin juicio de la persona fallecida, de la ruptura o de la pérdida en general ¿Con qué te quedas?

Soltar,se integra el sentimiento de poder seguir viviendo sin el objeto o la persona y se toma la fuerza que ha dejado la experiencia.

Conexión con la vida,cuando finalizas el duelo ganas dones que antes no tenías desarrollados, con la capacidad de ver la pérdida desde una perspectiva de movimiento, como un ciclo de vida generador de herramientas y talentos.

Lo hermoso de un duelo, es desarrollar todo nuestro potencial para sintonizar con la vida, con entusiasmo y pasión pese a cualquier circunstancia o dolor. Nos hace madurar y apreciar la vida y cada instante como algo sagrado.

El camino para estar en paz está en agradecer a esta persona por el tiempo que nos proporcionó, perdonar o pedir perdón, y entender el aprendizaje que nos dejó.

Un consejo valioso como recurso terapéutico es escribirle una carta de puño y letra a la persona o situación, donde le contemos todo lo que sentimos sea bueno o no. Esto nos hará entrar en un estado de transición donde cada día será menos dolorosa la experiencia de la pérdida, y lo más importante, el mejor homenaje que podemos ofrecer a un fallecido es honrando su vida con la nuestra, llevando  la vida con propósitos claros y coherentes con lo que sentimos, y porque no, como a esa persona ausente le hubiese gustado que viviéramos.

Cuando nuestro dolor por alguien se queda ligado a la culpa, la ira, el desconsuelo, depresión, no le permitimos a este ser querido que siga su camino de evolución.

Vamos, te invito a reflexionar sobre esto y empecemos a honrar a los que estuvieron primero y darles el puesto que les corresponde dentro del Sistema Familiar.

Si necesitas más información, te invito a contactarme aquí

Ma. Xiomara Albertos

Terapeuta como facilitadora de Procesos de Cambio con PNL, Constelaciones Familiares, Renacimiento, Gestalt, Maestra Docente Reiki, Escritora

“Cómo saber si vivo con un maltratador” por Ma. Xiomara Albertos- Libro  publicación Amazon Kindle / Tapa blanda

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