HABLEMOS DEL PERDÓN
METÁFORA DE LOS DOS PRISIONEROS
En el artículo de esta semana me gustaría volver a tocar el tema del Perdón, ya que la palabra en sí no puede darle la connotación que merece ser comprendida.
Has escuchado en repetidas ocasiones la frase «No puedo perdonar porque eso significaría darle la razón a quien me lastimó y causó daño».
Pero permíteme aclarar que perdonar no implica justificar las acciones de quienes nos han herido.
Entonces, que significa “EL PERDÓN”.
«Lo podría definir como la decisión de liberarnos del pasado para sanar el presente y no contaminar el futuro»
Es dejar de enfocarnos en lo negativo para hacerlo en lo que realmente queremos. Es no permitir bajar la vibración, la energía y la frecuencia de lo que somos en esencia.
Cuando perdonamos, dejamos de aferrarnos a emociones negativas como la ira, la tristeza, la rabia y el rencor, las cuales nos impiden avanzar y nos mantienen prisioneros y minando nuestro cuerpo físico con hormonas tóxicas que al final nos causan enfermedades.
Aprender a perdonar tiene un impacto positivo en nuestro bienestar físico y emocional. Por el contrario, alimentar el rencor interno obstaculiza nuestro crecimiento personal y profesional, nos lleva a tomar decisiones equivocadas y genera la liberación de sustancias químicas relacionadas con el estrés, las cuales afectan negativamente nuestra salud.
El perdón nos guía en el camino hacia una vida más constructiva y armoniosa, liberándonos de esos sentimientos negativos y permitiéndonos redescubrir la felicidad.
«El perdón es una manifestación suprema de amor. Solo aquellos con la capacidad de amar son capaces de perdonar y asumir su responsabilidad, dejando de lado la culpa»
Para lograr un perdón genuino, más allá de las palabras, se sugiere realizar ejercicios con técnicas terapéuticas que accedan directamente al inconsciente.
De esta manera, con absoluta sinceridad y honestidad, podremos liberarnos de esas emociones negativas que aún albergamos hacia nuestros padres, nuestra expareja, exjefes y socios, en fin todas esas personas que nos han causado dolor, ya sea culpándolos o responsabilizándolos por los fracasos que tengamos en el presente.
Comprender la importancia del perdón es esencial en nuestro crecimiento espiritual, especialmente en esta etapa de la evolución de la humanidad. Mientras no internalicemos y asimilemos esta idea, la unión, la comprensión y el amor estarán en un terreno frágil.
El dolor es una emoción natural, pero es importante acortar los períodos en los que nos sentimos culpables o culpamos a los demás por lo que sentimos. Recuerda que las personas llegan a nuestra vida para crecer y evolucionar.
Para esta explicación he redactado una Metáfora que explica de forma analógica, el beneficio de perdonar. Espero la disfrutes.
METÁFORA DE LOS DOS PRESOS
Había una vez, en un reino lejano, dos hombres llamados Diego y Martín. Eran vecinos y amigos desde la infancia, compartiendo risas y aventuras en las calles polvorientas de su pequeño pueblo.
Pero un día, el destino les jugó una cruel y amarga experiencia.
Un crimen que nunca cometieron los llevó tras los altos muros de la prisión. Fueron juzgados injustamente y condenados sin pruebas contundentes.
Durante cinco largos años, sus días se vieron teñidos de dolor y desesperanza, mientras eran maltratados por los crueles guardianes de la cárcel.
Sin embargo, en medio de la oscuridad de aquel lugar, Diego y Martín encontraron una luz en su compañía. Se apoyaron mutuamente, compartiendo sueños de libertad y recordando los días felices que una vez tuvieron.
Finalmente, un día radiante, la justicia prevaleció y las puertas de la cárcel se abrieron para ellos. Con el corazón lleno de esperanza, salieron al mundo exterior, pero las cicatrices del pasado aún pesaban sobre sus almas.
Después de un tiempo, Diego y Martín se reencontraron. Diego sonreía, había encontrado la paz en su corazón. Había perdonado a quienes los habían encarcelado injustamente, había reconstruido su vida y encontrado la felicidad junto a su familia.
Sin embargo, Martín llevaba consigo una sombra oscura. A pesar de estar libre físicamente, su mente seguía atrapada en los recuerdos dolorosos de la injusticia y el maltrato sufrido en prisión. El odio ardía en su interior como una llama sin extinguir.
«¿Cómo estás, Martín?» preguntó Diego, preocupado al ver el aspecto descuidado de su amigo.
Martín miró a su amigo Diego con ojos cansados llenos de una profunda amargura y le contestó:
«Estoy sufriendo de insomnio, mi salud cada vez va a peor, mi familia me abandonó, mis hijos no quieren saber nada de mí, todo me sale mal en los negocios…Cada día crecen mis pensamientos y emociones de odio hacia los hombres que nos encarcelaron y maltrataron en la cárcel, y esto es desde que amanece hasta que termina el día»
Aunque esté fuera de la cárcel, aún siento el peso de las cadenas que me atan a aquel horrible lugar. Todo lo malo que me sucede hoy en día es culpa de esos hombres terribles que nos hicieron tanto daño.
Diego lo miró con compasión y le dijo: -Comprendo tu dolor, Martín, pero aferrarte al odio solo te mantendrá prisionero para siempre. Solo has conseguido estar lleno de rencor y sufrimiento lo que hace que tu vida sea un desastre en todos los aspectos salud, dinero y amor. Tengo que decirte algo importante por tu bien: “La verdadera libertad viene del perdón»-.
Martín reflexionó sobre las palabras de su amigo, pero el dolor y la ira seguían ardiendo en su interior. Sabía que liberarse del pasado sería un viaje largo y difícil. Decidió que era el momento de buscar ayuda.
Y así, mientras Diego seguía adelante con su vida, Martín continuaba luchando contra sus propias cadenas, buscando la libertad que aún se le escapaba entre los dedos.
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Recuerda algo muy importante:
¡PERDONAR ES LIBERAR A UN PRISIONERO Y DARTE CUENTA DE QUE ESE PRISIONERO ERES TU!
Querida Xiomara, de todos los temas que has tratado hasta ahora, este, el del perdón, es (para mí) el más difícil de poner en práctica y sin duda es el más importante.
Perdonar nos hace libres y perdonarnos a nosotros mismos nos hace crecer y nos da alas para volar.
El no perdón nos mantiene en la oscuridad, en la ceguera, en una esclavitud permanente, dolorosa, sin más atajos ni salidas que el perdón, siendo éste la única escapatoria.
Magnífico el cuento de los presos, se ve y entiende con perfecta claridad.
Nos has puesto una tarea difícil. Espero resolverla antes de tu próxima entrega.
Gracias Xiomara por ponernos a trabajar en nuestro crecimiento y en nuestra libertad, mostrándonos la llave de nuestras cadenas.
Xiomara corazon muchas gracias por abrirnos al camino de la LUZ… y LA PAZ con un@ mism@…cuando nuestro ser da ese paso (porque hay un tiempo que una kiere pero como q no lo consigue)y cuando porfin ocurre: q PAZ…,total kien nos dañó tampoco lo sabia hacer mejor ni tenia más luces…cada cual q este en el escalón q kiera…yo kiero ir subiendolos y eso conlleva q la mochila pese cada vez menos..perdonar es desatarte d atascos q no te dejan avanzar,q es muy distinto a poner la otra mejilla(q much@s podiamos malintetpretar hasta entenderlo)…graciasss infinitasss
Muchas gracias por tus palabras tan amables y reflexivas. Me llena de alegría saber que el tema del perdón ha resonado contigo de una manera tan profunda, aunque reconozco que puede ser uno de los retos más grandes que enfrentamos en nuestra vida.
Es cierto, perdonar nos libera y nos permite crecer de maneras que quizá nunca imaginamos. Perdonarnos a nosotros mismos es, sin duda, un acto de valentía y amor propio que nos otorga alas para volar alto y alcanzar nuestro verdadero potencial.
La falta de perdón nos puede mantener atrapados en un ciclo de oscuridad y dolor, y solo a través del perdón encontramos la luz y la libertad que tanto anhelamos. Me alegra que el cuento de los presos haya ayudado a visualizar esta idea con claridad.
Sé que no es una tarea fácil, pero confío en tu capacidad para enfrentarla con el corazón abierto. Espero que este proceso te traiga paz y crecimiento personal, y estoy aquí para acompañarte en este camino.
Gracias a ti por tu compromiso con tu propio crecimiento y libertad. Es un honor poder contribuir a este viaje tan significativo.
Un fuerte abrazo,
Xiomara
Muchas gracias por tus palabras tan llenas de luz y comprensión. Es un verdadero regalo leer cómo has experimentado la paz y la claridad a través del perdón. Tienes toda la razón, a veces el camino hacia el perdón puede parecer largo y difícil, pero cuando finalmente damos ese paso, la paz que nos envuelve es indescriptible.
Es cierto que quienes nos han dañado, muchas veces, lo hicieron desde su propia oscuridad y limitaciones. Reconocer esto nos permite liberarnos del peso de la mochila emocional y seguir subiendo los escalones de nuestro crecimiento personal.
El perdón, como bien dices, no es simplemente poner la otra mejilla; es un acto profundo de liberación y avance. Al desatarnos de esos atascos que nos frenan, nos permitimos avanzar hacia una vida más plena y ligera.
Gracias a ti por tu infinita gratitud y por compartir tu experiencia. Es un honor ser parte de tu viaje hacia la luz y la paz interior.
Con todo cariño,
Xiomara