Extracto del curso: «Cómo superar la separación y encontrar la paz interior»
Has escuchado en repetidas ocasiones la frase «No puedo perdonar porque eso significaría darle la razón a quien me lastimó y causó daño». Pero permíteme aclarar que perdonar no implica justificar las acciones de quienes nos han herido.
El perdón es la decisión de liberarnos del pasado para sanar el presente.
Cuando perdonamos, dejamos de aferrarnos a emociones negativas como la ira, la tristeza, la rabia y el rencor, las cuales nos impiden avanzar y nos mantienen prisioneros.
Aprender a perdonar tiene un impacto positivo en nuestro bienestar físico y emocional. Por el contrario, alimentar el rencor interno obstaculiza nuestro crecimiento personal y profesional, nos lleva a tomar decisiones equivocadas y genera la liberación de sustancias químicas relacionadas con el estrés, las cuales afectan negativamente nuestra salud.
El perdón nos guía en el camino hacia una vida más constructiva y armoniosa, liberándonos de esos sentimientos negativos y permitiéndonos redescubrir la felicidad.
El perdón es una manifestación suprema de amor. Solo aquellos con la capacidad de amar son capaces de perdonar y asumir su responsabilidad, dejando de lado la culpa.
Para lograr un perdón genuino, más allá de las palabras, se sugiere realizar ejercicios terapéuticos que accedan directamente al inconsciente. De esta manera, con absoluta sinceridad y honestidad, podremos liberarnos de esas emociones negativas que aún albergamos hacia nuestra expareja después de la separación, ya sea culpándola a ella o a nosotros mismos por la ruptura.
Comprender la importancia del perdón es esencial en nuestro crecimiento espiritual, especialmente en esta etapa de la evolución de la humanidad. Mientras no internalicemos y asimilemos esta idea, la unión, la comprensión y el amor estarán en un terreno frágil.
Depende de cada uno de nosotros poner fin a esa repetitiva telenovela. El dolor es una emoción natural, pero es importante acortar los períodos en los que nos sentimos culpables o culpamos a los demás por lo que sentimos. Recuerda que las personas llegan a nuestra vida para crecer y evolucionar.
¡PERDONAR ES LIBERAR A UN PRISIONERO Y DARTE CUENTA DE QUE ESE PRISIONERO ERES TU!
Espero que esta información te haya resultado valiosa. ¡No te pierdas el próximo extracto del curso, donde te brindaré más contenido para que te conozcas mejor y te conviertas en una persona más feliz!
Recibe un abrazo de Luz
Ma. Xiomara Albertos S.
