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Como Maestra de REIKI y Terapeuta en Constelaciones Familiares, unos de los temas más complicados de tratar y que regularmente tiene cabida en los cursos de REIKI y sesiones de Terapia, es como enfrentar la Muerte, es un tema que detona muchas emociones de todo tipo, y casi siempre,  esperan un punto de vista Psicológico que los ayude en este proceso, y el proceso va más allá.

He comprendido a través de los años de trabajo, que la comprensión sobre el tema se basa en las creencias y costumbres adquiridas, proporcional con lo que cada quien  haya experimentado en su entorno más cercano, primero en la fase de la infancia, tomando como primera referencia la reacción de los padres, y posteriormente a nivel de la sociedad, donde se intercambian distintas formas de pensar. 

Estas vivencias son las que determinan tu percepción sobre la muerte.

Personas que siendo practicantes de alguna religión, han decidido declararse  ateas, justificando la acción, porque “Dios” le quitó a su mamá o a su papá, a su novio, alguien muy cercano y al no saber manejar este profundo dolor, voltean su rabia inconsciente sobre quién suponen tiene “la Culpa”, dándole a Dios una malvada personalidad humana que hace sufrir.

Ahora bien, si lo analizamos un poco más allá, la pregunta es, ¿Y quién se va a quedar en este plano para siempre? ¿Es que algunos fallecemos y otros no?

La respuesta es que todos vamos a pasar por esta experiencia, unos antes, otros después, a veces a través de una enfermedad o de un accidente, otras tantas sobre todo, en los últimos tiempos de la humanidad, después de una larga vejez; la tecnología médica ha conseguido notables avances. 

Lo que nos causa temor, por no decir terror,  es no saber cómo será, que hay después de abandonar este plano, porque no hay manera de experimentarla.

¿Entonces, que  podemos hacer? Pues prepararnos… haciendo algunos cambios en nuestras creencias con respecto a este inevitable acontecimiento.

Todos tenemos claro que vamos a morir tarde o temprano. Esta premisa universal de la muerte, ha ocupado gran parte del pensamiento filosófico de la humanidad que mucho se ha escrito, y ha favorecido en el desarrollo de la medicina desde sus orígenes como un intento de controlar el curso de la vida para, si no evitar, al menos, retrasar la muerte o hacerla lo más llevadera posible.

Una forma de advertir nuestras emociones, con la intención de darle sentido a lo que está pasando en un momento de pérdida de alguien cercano, es tomando un tiempo  para reflexionar sobre cómo te sientes y cómo estas reaccionado.

La idea es, que el dolor que es inevitable por la muerte de alguien cercano, no continúe en un sufrimiento eterno e inútil, que solamente logra estancar e inhabilitar al que sobrevive.

Una buena técnica es intentar transmitir en palabras, cómo te sientes y las formas en las que estás sobrellevando el dolor. Reflexiona cómo te sientes al pensar y escribir sobre tu experiencia.

Piensa en alguien con quien puedas compartir tus sentimientos, que te escuche y comprenda. Encuentra tiempo para hablar con esa persona sobre lo que estás atravesando y cómo te afecta la muerte. Reflexiona cómo te sientes luego de compartir y conversar.

Puede ayudar simplemente estar con otras personas que también quisieron a la persona que falleció. Las reuniones con la familia y amigos ayudan a las personas a sentirse menos solas durante los primeros días y semanas de duelo. Estar con otras personas te ayuda, tu presencia y tus palabras también pueden servir de apoyo para los demás.

El duelo es un proceso sano que busca reconfortarnos, hace que aceptemos la pérdida y encontremos formas de adaptarnos.

El duelo sano consiste en encontrar la forma de recordar al ser querido y adaptarnos a nuestra vida sin su presencia.

Existen lo que llamamos Ceremonias de duelo que como los funerales y los homenajes, permiten a amigos y familiares reunirse para apoyar y consolar a las personas más afectadas por la pérdida.

Estas actividades pueden ayudar a sobrellevar los primeros días luego de la ausencia, y a honrar la memoria de la persona que falleció.

Dependiendo de cada quién, es normal  pasar un tiempo hablando y compartiendo recuerdos sobre el ser querido. Esto puede continuar por algunos días o semanas luego de la muerte.

Cuando las ceremonias finalizan, el duelo apenas está comenzando. Las personas pueden retomar sus actividades normales, pero les resulta difícil dedicarse con entusiasmo a las tareas cotidianas.

Aunque es posible que no hablen demasiado sobre la pérdida, el proceso de duelo continúa. Esto es normal.

Luego de un tiempo, no todos lo llevamos igual, comienza un periodo donde empezamos a sentirnos mejor.

Si alguien que conoces ha muerto, es normal tener sentimientos y preguntas por un tiempo. Todo depende de cuan estés preparado  para este paso normal del ciclo de la vida.

Está bien sentir dolor por algunos días, semanas o incluso más tiempo. La intensidad del dolor que sientas puede estar relacionada con lo repentino o esperado de la pérdida, o con cuán cercana sentías a la persona que falleció.

Cada persona y situación son diferentes.

Podemos aprender de las pérdidas y experiencias difíciles.

Piensa qué has descubierto de ti mismo, sobre los demás o sobre la vida como resultado de experimentar esta pérdida.

NO puedes cambiar el acontecimiento pero si la manera en como reaccionas.

Para comenzar, puedes intentar escribir respuestas a estas preguntas:

  • ¿Qué significaba esta persona para ti?
  • ¿Qué aprendiste de él o ella?
  • ¿Qué rescatas como positivo de esta experiencia difícil?
  • ¿Qué has aprendido sobre ti, sobre otras personas o sobre la vida?
  • ¿Hay cosas que aprecies más ahora?
  • ¿Quiénes son las personas que te han apoyado? ¿Eran las personas que esperabas que lo hicieran? ¿Qué has aprendido de ellas?
  • ¿En qué forma has crecido o madurado en función de esta experiencia?

El dolor es una emoción normal. Será de ayuda  saber que siempre recordarás a la persona que perdiste, y la mejor honra que podemos hacer por ella, es vivir tu vida desde una mejor perspectiva y vivir en el “Aquí y Ahora” que es lo único que podemos experimentar.

Permítete el tiempo para hacer todas estas reflexiones, desde el convencimiento y la responsabilidad.

La Fase de Aceptación, solamente será posible,  cuando tengas resueltos tus asuntos incompletos y hayas podido abandonar emociones como, la ira, la necesidad de culparte a tí o a alguien por lo que supuestamente debiste haber hecho y no hiciste, repitiéndolo en una película mental una y otra vez.

Sea como fuere y más allá de cuanto se tarda en llegar hasta aquí y cuánto esfuerzo haya demandado, a esta etapa se llega casi siempre desde el crecimiento personal.  

Las personas que llegan a esta etapa de aceptación suelen conquistar en su interior, por fin, el estado de paz tan anhelado.

El REIKI  ayuda a aceptar la muerte física y a asistir a los demás en ese tránsito, pero sobre todo enseña a entender el valor y el significado de la vida y de la muerte.

En el momento de la muerte, REIKI nos ofrece la posibilidad de ayudar al que se va, para que su tránsito sea armonioso.

REIKI ayuda a liberar el miedo a la muerte, a morir sin apegos en el momento en que se tenga que trascender, y eso permite tomar el camino a la Luz.

Se le puede aplicar el tratamiento completo a una persona que está por morir.  Si no le corresponde trascender, tendrá una mejoría importante.

Cuando una persona acaba de trascender, podemos pedir permiso a su Yo Superior para enviarle energía REIKI, para que su alma se desprenda y  vaya al camino de la luz, respetando siempre su voluntad.

Si alguien tiene ya un tiempo de haber fallecido, y pensamos que no se ha ido a la Luz por alguna razón, también podemos ayudarle a hacerlo.

Esto con la ayuda de REIKI, enviando energía a distancia y con el debido permiso de su Yo Superior.

Espero te haya parecido interesante este tema, que aunque consciente que no es el favorito, no es menos cierto que es una etapa inevitable.

Desde la Escuela Mi Vida Con Propósito, te ofrezco herramientas en las Terapias de Rebirthing y Constelaciones Familiares y Sesiones de REIKI donde los podrás abordar con otra mirada más sutil y comprensiva con el fin de que superes el sufrimiento.

Hasta la próxima entrega.

Gracias por estar ahí!!! 

Ma. Xiomara Albertos S.

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