DESCIFRANDO QUÉ HAY DETRÁS DEL ENFADO
En el mundo agitado en el que vivimos, es difícil pasar desapercibida la creciente ola de agresividad que parece ser “normal” en nuestras interacciones diarias.
No sé si a ustedes les pasa, pero puedo percibir hasta en el supermercado que literalmente “atropellan” con el carrito de compra sin ningún desenfado, dando la sensación de que están muy preocupados o nerviosos.
Encuentras a personas amargadas, tristes y hostiles, pareciendo que la agresividad se ha convertido en un ropaje común que viste a la sociedad moderna. Sin embargo, ¿Qué se esconde detrás de esa fachada de rudeza?
Imagina por un momento que esta agresividad es solo una máscara, una coraza que oculta una profunda herida.
En el corazón de esa agresividad, a menudo reside un niño herido, cuya inocencia y vulnerabilidad fueron lastimadas en el pasado.
Esta herida, que puede haberse originado en la infancia, se convierte en la base de un comportamiento defensivo y agresivo en la vida adulta.
Cuando éramos niños, absorbíamos como esponjas las experiencias que nos rodeaban. Las palabras hirientes, la falta de amor o la ausencia de apoyo pueden dejar cicatrices invisibles pero profundas.
Un niño cuyas necesidades emocionales básicas no fueron atendidas, que fue expuesto a la violencia o el abandono, a menudo desarrolla mecanismos de defensa que pueden traducirse en agresividad en la edad adulta.
La agresividad, entonces, se convierte en un escudo para protegerse de futuros dolores, un intento desesperado por no volver a sentir el mismo sufrimiento que experimentaron en su niñez. Este niño herido busca protegerse, pero a menudo lo hace proyectando esa herida hacia afuera, impactando en las interacciones con los demás.
Identificar a este niño herido detrás de la máscara de agresividad es fundamental para sanar. La empatía y la comprensión son herramientas poderosas para abordar esta situación.
Detrás de cada acto agresivo hay una historia, un dolor que clama por ser sanado. En lugar de responder con más agresión, ofrecer comprensión y apoyo puede ser la clave para desarmar esa coraza.
La sanación comienza al reconocer esas heridas y permitir que la persona se sienta segura para confrontar su pasado. Terapias, tanto individuales como grupales, pueden ser un camino para explorar estas heridas emocionales y aprender a manejarlas de manera más constructiva.
La conexión humana, la aceptación y el amor incondicional pueden ser bálsamos poderosos para curar estas heridas.
¿Cómo reconocer a este niño o niña herido/a detrás de la agresividad? La clave está en observar más allá de las palabras y acciones, buscando los signos de dolor en el lenguaje corporal, en las emociones reprimidas o en la necesidad desesperada de atención.
La empatía nos permite ver a través de la máscara y conectarnos con la verdadera fuente del sufrimiento.
En última instancia, cambiar la dinámica de la agresividad en la sociedad implica abordar las heridas subyacentes, nutriendo la compasión y el entendimiento.
Al reconocer al niño herido detrás de la fachada de agresividad, podemos comenzar a convertirnos en seres más compasivos y amorosos.
Todos, en algún momento, necesitamos esa mano compasiva que nos ayude a sanar nuestras heridas y a redescubrir la armonía en nuestras vidas para darnos cuenta de que si es posible vivir de forma diferente. Siempre hay más
Espero que esta información te haya parecido interesante y te invito a observar para ser compasivos y no caer en el juego de tambien enfadarnos y estropearnos el día con conocidos o completos desconocidos que podamos encontar.
El estar conscientes que «algo» le ocurre a una persona que se comporta en forma hostil, que no es personal en contra de ti, evita «engancharnos» en situaciones negativas que nos desequilibran nuestro entorno.
Nos vemos en la próxima entrega
Xiomara Albertos
Xiomara querida, que bueno que nos haces ver y reconocer al posible niño herido detrás del enfado y la agresividad y que bueno que existen las terapias para sanar esto y tener una mejor calidad de vida interior y armonía en nuestro entorno.
Me asombra como la capacidad de amar incondicionalmente desarrolla la comprensión y compasión pensando desde la generosidad del corazón que si tal persona que ni conocemos se comporta con ese enfado interno es porque seguramente habita en ella un niño herido que necesita sanar, si fuéramos conscientes de la importancia que tiene esto, viviríamos en un mundo mejor, o por lo menos más amable.
Una y otra vez, todo nos lleva al niño interior herido que pide a gritos ser sanado.
Esperando tu próxima entrega, otra vez muchas gracias.
Gracias Rosa por tu comentario…a veces yo me encuentro personas que tienen cara de muy enojada, como que van pensando en sus problemas y así lo van transmitiendo a los demás. Yo los observo y veo un niño o niña herida buscando amor, ese amor que cree no ha recibido y lo busca todo el tiempo. Recibe un abrazo inmenso
Hola Rosa, al igual que tu no conocía la palabra sororidad cuando fui a esta conferencia en el ayuntamiento. No disfruté la charla porque sentí que era muy llevada a distraernos de la vida y ponernos en competencia para no seguir aprovechando la colaboración entre hombres y mujeres para evolucionar. Como decía Facundo Cabral: La vida es muy corta para conocer todas las maravillas que el planeta tiene, pero si de paso la perdemos en estás posturas…Recibe un abrazo grandísimo
Vaya que sí;medio mundo va cabreao y la otra mitad amargao;pero yo que no m considero mejor q nadie….si opino q kien este kemao,amargao sea por lo q sea,q se haga terapia,q se desahogue con algun amig@..y sino q se de un barrigazo y se estampe,porque por mucho daño que lleves dentro,NADIE TIENE DERECHO A MACHACAR AL PROJIM@…entre otras cosas porque tod@s nos ponemos al mismo nivel,me hicieron daño..hago daño,NO GRACIAS;y l@s que ni saben lo que les pasa…lo mismo que se encierren consigo mism@s.. no todo el mundo encuentra quien le ayude y terapias MARAVILLOSAS como las tuyas,pero SIII TODO EL MUNDO debe decidir joder al projimo o no dañarle…buena sí, pongo el hombro,incluso dentro de lo posible te ayudo,pero si m atacan no voy a pensar pobrecit@ le hicieron..M DEFENDERE..y no sentire lastima..q se la pique un pollo..hay muchasss formas sino de sanarse, si de no dañar al projimo..
Gracias Mar por tus sinceros comentarios. Si bien es cierto que medio mundo anda amargado, no te lo voy a cuestionar, siento que no debo dejar que esa tristeza me estropee el día, o quizás hasta la vida…y no siempre logro que algo de afuera no me moleste y me estropee un rato, pero trato día tras día de que cada vez sea menos y menos…porque me di cuenta que si me dejo arrastrar por el mal humor de alguien soy yo la que me hago daño. Gracias querida Mar por tus oportunos comentarios. Un abrazo inmenso